Hace sol, hay gente en la playa, pero de repente empieza a nublarse, ya dijeron que llovería, pero no avisaron del diluvio que se cierne sobre Barcelona, y mis ventanas abiertas.
Las toallas y pareos se convierten en improvisados e inútiles refugios para la lluvia, que los cala inmisericorde; corremos por las calles sin paraguas, menos mal que llevamos bambas, la lluvia arrecia, obligándonos a buscar resguardo en un portal cerca de Santa María del Mar, donde un coche engalanado de boda espera bajo el aguacero, "novia mojada, dicha asegurada" ó eso dicen; la tormenta no cesa, las gárgolas de Santa María vomitan agua, el cielo se cae y nuestro cobijo ya no es suficiente, así que otra carrera y entramos en la Catedral del Mar, donde Cris y Ramón se están casando ante sus invitados y ante un montón de transeúntes empapados, y de repente un trueno monumental retumba, se multiplica en los elevados techos góticos del templo, la blanca y radiante novia se estremece, su novio amante se le acerca solícito y suena un ohhh general de sorpresa, y el cura jocoso dice "son los ángeles en el cielo, que ya hacen fiesta, para celebrar vuestro enlace" y la iglesia ríe y él pregunta, tras llamar impaciente a Raquel que lleva los anillos, "¿quieres a este hombre por esposo?, ¿quieres a esta mujer por esposa?, y ellos contestan "si, quiero", pero no son los únicos, porque hay más de un "si, quiero" silencioso, acompañado de una dulce mirada y la promesa de un beso tierno, "lo que dios ha unido, que no lo separe el hombre"...en fin, parece que ha dejado de llover y salimos a los charcos cómo espejos de la calle de plata; hemos hecho turismo, nos hemos mojado de risa atrapados bajo la lluvia en Barcelona, camisa "fichada" para las próximas rebajas y hemos ido de boda inesperada, todo en una tarde...el sol poco a poco vuelve a salir entre las nubes, tras la tormenta, la calma..."emprendamos el camino de regreso a casa".
Besos, siempre besos...con chispa!.
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