viernes, 28 de agosto de 2015

Sueño de una noche de verano

No sé que hora es, estoy dormido o eso pienso, pero alguien retira la sabana que me cubre y me toca, siento como me acarician por encima de la ropa y con manos ansiosas buscan mi piel, siento una respiración que cada vez se acelera más y se acerca a mi oreja izquierda y a mi nuca, no consigo despertarme, pero empiezo a moverme al compás de esas manos y de los besos que inician un suave recorrido por mi piel y que poco a poco buscan mi boca, para húmedos comenzar a explorar mi sabor a sueño. Los besos se transforman en suaves mordiscos, que cada vez son más arriesgados, duelen, pero no pares. Las manos continúan explorando bajo mi camiseta y ahora de repente dentro de mi ropa interior, midiendo cada centímetro que encuentran a su paso, tocas mi sexo y mi cuerpo se estremece, quiero más y tu respiración me dice que tú también, empiezas a quitarme la ropa bruscamente, lo siento no puedo ayudarte, sigo dormido y noto que tú estás desnudo, noto el calor de tu piel y el peso de tu cuerpo sobre el mío. Con manos expertas te abres camino y siento un líquido frío y resbaloso que se escurre ya caliente entre mis muslos, aunque no ofrezco resistencia, ya no hay vuelta atrás, mi erección empieza a ser placenteramente dolorosa y noto como deslizas en mi interior dos de tus dedos que me acarician profunda y salvajemente, casi grito, pero tapas mi boca con tu mano y de repente retiras los dedos y te acercas más, mucho más y empujas duro, muy duro y caliente, muy caliente dentro de mi...duele, pero no me quejo, porque antes de eso llega el placer, mientras tus manos agarran toscamente mi polla y haces que me derrame sobre las sabanas mojando el vello de mi abdomen. Continuas tus movimientos que yo sigo sin querer con mis caderas, cada vez más acelerados, más profundos , más mojados en sudor y susurras cosas como "esto es mío", "tú eres mío" y "estás aquí para mí", el tono de tu voz mantiene mi calor...poco a poco los susurros se convierten en gemidos y en jadeos y en sonidos guturales que anuncian que se acerca el final y...ACABAS...gruñendo como un animal salvaje y eso hace que un escalofrío recorra todo mi cuerpo con tu última embestida y siento como tu calor invade mis entrañas, mientras te derrumbas, sobre mi cuerpo, jadeante. Poco después, sales y algo se desliza fuera de mi y me vuelve a empapar en una mezcla de humores que huelen a sexo y sudor, dulce, caliente, pegajoso y yo sin conseguir despertarme, pero tampoco lucho por hacerlo y siento que vuelvo a ser arrastrado a los brazos de Morfeo, no sin antes oírte decir en mi oído..."siento la brusquedad, tenía insomnio y te tenía tan cerca, mañana lo recordarás como un sueño, sigue soñando...duerme!". Y tal vez, si que fuera un sueño...el sueño de una noche de verano!!! Besos, siempre besos...con chispa!.

No hay comentarios:

Publicar un comentario